
La respuesta escolar desde la inclusión
.Desde el currículo se pretende a través de un currículo eficaz alcanzar una educación de calidad,
De este modo se supera el término "necesidades educativas especiales" y se sustituye por el de "barreras de aprendizaje" ya que, según el punto de vista inclusivo, estas pueden deberse no solo a sus propios déficits, sino a la inadecuada respuesta educativa que ofrece tanto el centro y su organización, como el profesorado (Booth, Ainscow, Black-Hawkins, 2002
Tal y como señala Puigdellívol (2004), el concepto de Necesidades Educativas Especiales se ha individualizado y ha perdido su sentido inicial para convertirse en un concepto etiquetador y clasificador.
El concepto "barreras de aprendizaje" se refiere, tal y como originariamente se quería describir con "necesidades educativas especiales", a analizar las dificultades para acceder al currículo y a la participación.
Ante un currículo cerrado y prescriptivo, se plantea un currículo abierto a la diversidad, comprensivo y participativo, holístico y constructivista, y consecuentemente democrático, donde el maestro se considera como facilitador del aprendizaje y no como simple transmisor del currículo.
Así, el currículo inclusivo (Guarro, 1999) se caracteriza por ser:
• Común y realizable: el alumnado desarrolla su aprendizaje en el mismo marco curricular de referencia y ajustado a las características de todo el alumnado, reflejando la pluralidad cultural de la sociedad.
• Cooperativo: basado más en la cooperación que en fomentar la competitividad.
• Práctico, útil y reflexivo: los aprendizajes serán relevantes y duraderos, la selección de los contenidos debe buscar el equilibrio entre la realidad y su análisis crítico y reflexivo.
• Moral: los contenidos deben relacionarse con planteamientos éticos.
• Coherente y planificado: garantizando que todo el alumnado pueda tener las mismas posibilidades de desarrollo.
A todo ello podemos añadir, como apuntan además Stainback y Stainback (1999), Ainscow (2001) y Arnaiz (2003), entre otros, que para que un currículo sea eficaz para todo el alumnado, este debe:
• Mostrar un equilibrio entre el rendimiento académico y funcional y los aspectos sociales y personales.
• Tener en cuenta la importancia de la comunidad educativa. La escuela se considera como una comunidad abierta y diversa, funcionando como un todo.

Reconocer la importancia del trabajo en equipo y la comunicación interpersonal, de tal forma que a los alumnos se les presenten oportunidades para trabajar en cooperación con sus compañeros con el fin de alcanzar objetivos comunes.
Todos y todas deben ser agentes activos en el aula, manteniendo los objetivos individualizados dentro del grupo cooperativo.
Construir la comunidad educativa es uno de los ejes esenciales de la inclusión. En ella todos los individuos que la componen se sienten y se saben aceptados y apoyados. Alumnado, padres, educadores y los diversos agentes presentes en el barrio, establecen códigos de interdependencia y de corresponsabilidad, fomentando las interrelaciones amistosas entre todos, participando conjuntamente en el proceso de transformación de la realidad educativa.
• Utilizar nuevas estrategias para el aprendizaje.
Se trata de elaborar un currículo que ofrezca respuestas educativas contextualizadas en función del alumnado y de sus referentes socioculturales.
De este modo los docentes se convierten en protagonistas de la transformación educativa.