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Necesidades especiales?

En relación a las necesidades de las personas con discapacidad valga considerar que, como personas, tienen las mismas que cualquier otra persona, en todos los órdenes de la vida y a todo lo largo de su vida. 

Sin embargo la denominación, “personas con necesidades especiales”, que muchas veces pretende ser sinónima, lleva a pensar o a interpretar que las personas con discapacidad tienen necesidades que deben ser satisfechas en espacios segregados, también “especiales”.

En rigor de verdad, tienen los mismos tipos de necesidades que cualquiera (fisiológicas, de alimentación, de seguridad, de estima, de autorrealización,…). Algunas personas -no todas- experimentan ciertas “dificultades para satisfacerlas” de manera común y corriente.

En tal sentido, a veces -no siempre-, requieren adaptaciones o elementos particulares, que no necesariamente son siempre costosos o difíciles de producir, como por ejemplo un baño accesible para personas con discapacidad motora, que requiere más espacio para el giro de la silla, un barral y cierta elevación del inodoro .

También, muchas personas con discapacidad tienen necesidades específicas (por ej.: de "educación especial", de "trabajo protegido", etc.), dentro de las generales (siguiendo con el ej.: de aprender, de trabajar), relacionadas con las limitaciones o restricciones (por ej.: de comprensión, de manejo del tiempo, etc.), que su deficiencia o estado negativo de salud impone a su funcionamiento. 

 

Por otra parte, la gama de necesidades es muy amplia ya que tienen que ver con todas las dimensiones de la persona. Además, como en todas las personas, irán variando con el tiempo, con el propio desarrollo y crecimiento, con su experiencia y con sus posibilidades de satisfacción. Algunas desaparecerán, serán pasajeras, mientras que otras se mantendrán o acentuarán.

 

Surgirán otras nuevas como las que tienen que ver con la vocación o con la sexualidad o con la independencia personal y la vida autónoma.

Todas debieran ser reconocidas y no solamente las que tienen que ver con algunos aspectos del individuo en función de la discapacidad o con alguna etapa de la vida, por ejemplo, la tendencia a ubicar a la persona en la niñez, como "eterno niño", dependiente, sin voz ni voto.

 

Siguiendo estas consideraciones, en lo que debería trabajarse consensuadamente es en la eliminación de las dificultades que tienen por lo general las personas con discapacidad para satisfacer sus necesidades, causadas por el propio entorno.

 

En este sentido, las barreras culturales (mito, prejuicio, estigma, ignorancia, discriminación, subestimación, 

etc.) son las primeras que debieran estar en la mira.

Todos o no todos?

 

La discapacidad, alude a limitaciones en la realización de las actividades. En función de ello, muchos consideran que ya que todos tenemos alguna limitación o dificultad para realizar actividades, “todos somos discapacitados”.

 

En realidad, en la liviandad de este análisis homogeneizador subyace una subestimación de la limitación propia de la discapacidad que es la originada en una deficiencia o problema de salud.

 

Muchas de las limitaciones que las personas en general tienen se deben simplemente a la imperfección humana, a la diferente y variada dotación biológica que les es propia y no a una deficiencia.

 

Y en ese sentido puede ser que dos personas, al parecer, compartan la limitación por ejemplo, dificultad para bailar o desplazarse, pero mientras una naturalmente carece de gracia, disposición o de entrenamiento, la otra tiene secuelas de poliomielitis o artrosis que le impiden un movimiento acorde. 

En el fondo, entonces, no es la “misma” limitación.

¿Cabe hablar en todos estos casos de “discapacidad”?

 

 

En el Cuestionario para la Evaluación de Discapacidades de la Organización Mundial de la Salud WHO DAS II (World Health Organization- Disability Assesment Schedule II), que es el instrumento elaborado para evaluar el impacto de los estados de salud sobre el nivel de funcionamiento de una persona, y que responde a la CIF, se leindica al entrevistado que considere todos sus problemas de salud y si al realizar la actividad concreta (por ejemplo, caminar una distancia determinada) se produce aumento del esfuerzo, malestar o dolor, lentitud o cambios en el modo en que realiza la actividad.

 

Como se ve, estos parámetros no se tienen en cuenta cuando se borra la diferencia al considerar que todos "somos discapacitados" por tener alguna limitación.

 

 

 

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Remixado por: Lic. Jose luis Colaciuri

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